e-issn 2227-6513 santiago, Nro.Especial, 2025

Artículo de Investigación

Martí y Bolívar por la unidad latinoamericana. Reflexiones

Martí and Bolivar for the latin american unit. Meditate

Martí e Bolívar pela unidade latino-americana. Reflexões

Angel Luis Cintra Lugones1*, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2967-6894

Ariel Cintra Céspedes2, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5728-7618

Keiner Martínez Mendoza3, ORCID: http://orcid.org/0000-0001-9373-4916

Rosangela Caicedo Quiroz4, ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0737-9132

1,3Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, Cuba

2 Policlínico Ernesto Guevara, Cuba

4 Universidad Bolivariana del Ecuador

*Autor para correspondencia: cintra@uo.edu.cu

RESUMEN

En el recuadro de ética y pensamiento, se inscribe el perfil de dos genuinos adalides de la vanguardia política e intelectual de América Latina y el Caribe: José Martí y Simón Bolívar, quienes, salvando la distancia que medió en el tiempo entre ambos, tuvieron convergencias o similitudes de pensamiento y acción. Los autores se proponen reflexionar en torno al pensamiento de Martí y Bolívar, por la unidad latinoamericana. En su concepción se emplearon métodos el nivel teórico como el análisis histórico lógico y análisis síntesis, así como el hermenéutico para la interpretación y reflexión de la información a partir de los resultados obtenido de las técnicas empleadas, como expresión de la formación de valores a través de la recordación de la vida y obra de nuestro Héroe Nacional.

Palabras clave: Pensamiento latinoamericano, ética, actividad política, unidad de los pueblos

Abstract

In the ethics recuadro and thought, he/she registers the profile of two genuine leaders of the political vanguard and intellectual from Latin America and the Caribbean: José Martí and Simón Bolivar who, saving the distance that mediated between both in the time, had convergences or thought similarities and action. The authors intend to meditate around the thought of Martí and Bolivar, for the Latin American unit. In their conception methods were used the theoretical level as the logical historical analysis and analysis synthesis, as well as the hermeneutic one for the interpretation and reflection of the information starting from the obtained results of the techniques employees, as expression of the formation of values through the recall of the life and work of our National Hero.

Keywords: Latin American thought, ethics, political activity, unit of the towns

Resumo

Trabalhar No campo da ética e do pensamento, são apresentados os perfis de dois verdadeiros campeões da vanguarda política e intelectual da América Latina e do Caribe: José Martí e Simón Bolívar. Apesar da distância temporal entre eles, compartilharam convergências e similaridades de pensamento e ação. Os autores buscam refletir sobre o pensamento de Martí e Bolívar em relação à unidade latino-americana. Sua abordagem emprega métodos teóricos como a análise e síntese lógico-histórica, bem como a hermenêutica para a interpretação e reflexão sobre as informações a partir dos resultados obtidos pelas técnicas utilizadas. Isso serve como expressão da formação de valores por meio da rememoração da vida e obra de nosso Herói Nacional.

Palavras-chave: Pensamento latino-americano, ética, atividade política, unidade dos povos

Recibido: 19/6/2025 Aprobado: 14/9/2025

Introducción

La historia es orgánica y se fortalece con el devenir de procesos, hechos y fenómenos sociales, por lo que, con cierta frecuencia, la obra teórico-práctica de los pueblos, o de un prócer, le da continuidad o culmina determinada actuación como verdad inalienable, con altibajos en la práctica socio-histórica.

El pensamiento latinoamericano es legítimo desde su raíz; tiene por base el principio de autenticidad, pues aun cuando recibió las influencias principalmente del pensamiento europeo, desarrolló su propio pensamiento e interpretación resultado de análisis, críticas y valoraciones de teorías y prácticas propias y foráneas aplicadas en el contexto, y para éste, emergiendo sui géneris alejadas del eurocentrismo. De modo que, se fraguó un pensamiento, o un pensar, desde y para América Latina.

Nuestra historia está permeada del “pensamiento y la acción de hombres consagrados a la libertad y a la dignidad de nuestros pueblos…, que rindieron culto permanente a la solidaridad humana y que vieron a todos los latinoamericanos y caribeños como hermanos”. (Benítez, 1986, p.1).

A partir de la revisión bibliográfica realizada en torno al pensamiento latinoamericano, los autores valoran algunas similitudes de pensamiento de dos adalides: José Martí y Simón Bolívar, como continuidad-ruptura de realizaciones y unidad de destinos, a casi un siglo de distancia entre sí, para mostrar su trascendencia, aspecto que se erige en objetivo del presente trabajo.

Metodología

Los materiales utilizados fueron a partir de la recopilación de información obtenida de artículos publicados en revistas científicas y materiales aparecidos en página web; es, por tanto, un estudio bibliográfico sustentado en técnicas como el análisis documental y el análisis – síntesis.

En la revisión se tuvo en cuenta, fundamentalmente, las categorías declaradas en las palabras clave. Importante resultó también la consulta a estudiosos del tema que nos ocupa, como (Hart, 2002) y (Vitier, 1996), por citar algunos.

Las reflexiones de los autores se sustentan en estudios investigativos desarrollados por diversos estudiosos del tema. Se significan: Palacios (2005) Bolívar y Martí, defensores de la identidad latinoamericana; (Cabrera, 2013) Vista de Bolívar y Martí en el proceso de integración de América Latina; (Álvarez, 2014); (Kindelán Larrea, 2018). Simón Bolívar y José Martí: analogía en un pensamiento por la Unión Americana; La patria grande de Bolívar y Martí: un pueblo de treinta y tres naciones; La medicina hecha palabras: Comentarios sobre el apóstol cubano José Martí (Hernández González, 2020); Las ideas de Bolívar y Martí son continuidad (Alonso, 2023) entre otros.

Para ello se utilizaron diversos buscadores y bases de datos como: Scielo, Dialnet, InDIDEs-CSIC, DOAJ, LATINDEX, Scopus, entre otros, lo que le da pertinencia a la información obtenida.

Resultados y discusión

Simón Bolívar (1781-1830) nació en Caracas, Venezuela, en medio de riqueza económica. Sus preceptores de la niñez le enseñaron a leer, escribir y contar, pero debe su formación integral al maestro Simón Rodríguez, que desde 1793 asumió su educación y lo estimuló al pensar independiente, llegar a conclusiones propias, relacionar fenómenos y procesos, y amar la naturaleza y el contexto latinoamericano.

Fue tal la huella que dejó en Bolívar su preceptor Simón Rodríguez, que en una carta que envía a su maestro le confiesa que:

“No puede Ud. figurarse cuan hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Ud. me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Ud. me ha regalado. Siempre presentes a mis ojos intelectuales las he seguido como guías infalibles…” (Gómez Gutiérrez y Alonso Rodríguez, 2007. p. 11).

Se infiere entonces que, con esmero, le cultivó un mundo de ideas y de nuevos sentimientos al imbuirlo en los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad nacidos de la Ilustración francesa; le reveló la historia de la humanidad despertándole las aspiraciones de emancipar al continente americano, y le indujo a razonar acerca de la Educación como camino fundamental para materializar dichos conceptos.

En sus viajes y estancia por Europa, practicó en su juventud deleites y placeres mundanos como cualquier otro hombre; conoció a su amada Teresa cuya muerte lo marcó profundamente, además de percibir desdichas y afanes en sus relaciones con los diferentes círculos sociales de los que formó parte, lo cual incidió en la apropiación gradual de conocimientos a la vez que maduraba en inteligencia, intrepidez y carácter.

Fue un autodidacta que se consagró a la auto preparación cultural; tuvo la primicia de concebir un proyecto político continental, intuyendo, que lograda la amada independencia y conseguida las Repúblicas Suramericanas, nada era más peligroso para mantener lo alcanzado que la falta de educación, pensamiento latente de su obra llevándolo a convertirse en un educador social, aspectos reflejados en investigadores como (Álvarez, 2014), (Cabrera, 2013), (Palacios et al., 2005) y (Kindelán Larrea, 2018).

Importante resulta reconocer la influencia educativa que tuvo su personalidad en todo momento, su actitud de educador de pueblos y conductor social formado en la lucha política, siendo el campo de batalla el aula donde educaba, de ello, Gómez Gutiérrez y Alonso Rodríguez (2007) expresaron:

“Allí educó a las masas populares con la fuerza de su ejemplo personal, calidad humana, capacidad rectora, desinterés, económico, espíritu de consagración y sacrificio, entrega a los otros, optimismo, previsión y fe en el futuro. Allí educó personalmente a sus subalternos directos, mediando inteligentemente en la solución de sus discordias y conflictos, exigiéndoles orden y disciplina y enseñándolos a aprender de los errores y fracasos, reconocerlos y superarlos…” (p. 27).

Su concepción de Patria trasciende el lugar donde se nace. Y es que resulta difícil limitar el suelo en que se nace a solo una porción del continente, a un pedazo de tierra, concepto que amaron a la vez hombres como San Martín, Sucre, Juárez o Betances, Martí o Che Guevara, entre otros, que consagraron sus contiendas a la humanidad y a su pueblo.

Origen opuesto es el de José Martí, pobre de origen. Su personalidad se formó resultado de la ternura y la bondad de la madre, y la honradez, dureza y dignidad del padre. Desarrolló su infancia conociendo escaseces, la opresión colonial española, los horrores de la esclavitud, la pobreza social, el dolor y las lágrimas a su alrededor, y el sufrimiento de la Patria, según valoran en sus escritos los autores, (Vitier, 1996), (Martín Reyes, 2019) y (Rondón Matos, 2022).

En la adolescencia tuvo un preceptor espiritual de gran estima: Rafael María de Mendive, alumno de uno de los Padres fundacionales de la Pedagogía cubana: Don José De la Luz y Caballero. Mendive cultivó en Martí los sentimientos patrióticos e independentistas, y le fertilizó las capacidades intelectuales en la apropiación de conocimientos a través de lecturas y valoraciones acerca de la Educación, lo cual le enalteció de espíritu, cultivó su inteligencia, desarrolló su cultura y perfiló los rasgos de su indoblegable espíritu y carácter, consideraciones que expresan en sus estudios (Jiménez Grullon., et al 1953) y (Mendoza Portales, 2007).

Por comprensión biográfica, fidelidad y precisión, su carácter merece ser elogiado al resaltar en su vida y obra la presencia y aspiración que tuvo del hombre consigo mismo y con los demás, carácter que fue en él fuerza moral capaz de vencer resistencias, acentuando, además, que la revolución se debe hacer por reflexión y no por ira, por convicción y voluntad de hacer, y no por contemplación o imitación.

Resultado de estudios y análisis, conoció la historia de Cuba y del mundo, acopió y reelaboró lo mejor de la cultura universal con matiz americano hasta extenderlo a la universalidad para hacerlo más autóctono y general, sentido por el que transitó su patriotismo, su espíritu de sacrificio, de justicia social y la dignidad plena del hombre, como luz especial de su inteligencia enaltecida por la cultura de la que se apropió desde temprana edad, y por las huellas que le dejó el presidio en Cuba y el prematuro destierro a España en 1871. (Arteche-López; Fernández-Rosado, (2013) y Hart Dávalos, (2002).

Bolívar y Martí tuvieron un alto, valioso y hondo sentido de justicia social sustentado en la indagación heroica y en el reconocimiento y comprensión entre sentir, pensar y hacer por la liberación de los hombres, valor cosmopolita que expresa autenticidad y sueño de justicia con las manos en la tierra y no hacia el cielo.

Fueron éticos de profunda raíz. En Bolívar lo español fue centro de odio y arremete contra ello; en cambio, distingue la España de realidad buena (el pueblo) y la España mala (la de prerrogativas y militares) distinguiendo de esta manera el bien y el mal como fuerzas universales.

La ética martiana se asienta en saber articular su carácter y su pensamiento en ciencia, conciencia y acción, y en dignidad de comportamiento. No fue un guerrero, pero estaba consciente que la guerra era necesaria para el bien común, para la independencia de todos creyendo en la bondad de los hombres y sus cualidades inteligentes, pero nunca en la tenencia de un hombre por otro porque en ello no hay bondad ni honradez.

Bolívar fue profundamente optimista y hondamente humano, llegando de modo intuitivo a crear una concepción americanista, la que en Martí es conclusión mediata de gran alcance como “soñador de futuro” desde el enfoque universal de los hechos.

A cada uno la época en que vivieron le dio, de cierta manera, el material necesario para desempeñarse, las posibilidades reales de actividades políticas para actuar, la previsión de futuro desde su presente, la amplitud de pensamiento desde diferentes aristas, y que en sentido general aprovecharon. Fueron puros creadores de épocas, aunque en tiempos distintos.

Crearon conciencia a través de la “pluma” con que escribieron la historia, de palabra o actitud. La locuacidad de ambos es extraordinaria, someten a multitudes sociales y alucinan a escogidas minorías.

Martí es escritor y artista, descuella sobre Bolívar, plasmando su amor y cultura en versos valiosos y de altura en escritos poéticos y discursos cuya belleza culmina en la inmolación del hombre.

Bolívar es auténticamente ético y lo expresa en sus decisiones frontales, en las críticas y reflexiones sobre lo bien y mal hecho, e incluso hasta en su propia práctica, lo cual le permitió arribar a la conclusión de que la moral, la que concibió como afirmación de virtudes, constituía el referente básico para conquistar y mantener la libertad.

Martí fue fiel a sí mismo; supo como pocos, aunar arrojo y virtud a su talento, y evocar la guerra justa y sin odios para variar el curso de la historia, cerrando el período necesario y épico de la libertad americana que inició Bolívar.

En España escribió “El presidio político en Cuba” (1871), obra cimera de la época, donde relata al infierno del colonialismo español, y desde lo ético-religioso, demuestra la ausencia de principio moral o religioso de que es objeto el colonialismo español, para promover una conclusión certera: su abolición y la liberación de Cuba como necesidad apremiante.

El destierro a España y su recorrido por diferentes países fueron marco propicio para desarrollar su universalidad. Desde 1884 despliega una aguda actividad política por la independencia de Cuba: Francia, Inglaterra, México, Guatemala y Venezuela, entre otros, marcan hondamente su pensamiento y sentir por los pobres y por el indio americano, el de abajo, poco o nada reconocido, actividades que lo llevan a desenvolverse como educador social fuera del recinto áulico divulgando, además, las concepciones revolucionarias que tenía.

Para mantener la actividad política, Martí se desempeña como docente en diferentes países y disciplinas. En Guatemala (1877) imparte clases de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional; en La Habana, Cuba, (1879) en el Liceo Artístico y Literario de Regla y en el Colegio Casa de Educación; en Venezuela (1881) en el Colegio de Santa María, y en Nueva York (1890) en la Escuela Central, pero la mayor actividad educativa e impacto en la época fue desarrollar la actividad educativa fuera del aula divulgando las concepciones revolucionarias.

Sus discursos, llenos de mensajes educativos, acrecientan la conciencia nacional y extranjera. Significativos son los discursos y artículos de 1887-1889 y 1891, y títulos como “Con todos y para el bien de todos” y “Madre América” para advertir cómo avizora la apetencia e intereses oculto de EEUU por América.

De modo que su magisterio se desborda con calidad didáctica y educativa, y lo hace con marcadas intenciones formativas en “La Edad de Oro”, obra devenida clásica de la literatura infantil, y que escribió para los niños americanos.

En Venezuela, y durante su residencia en Caracas, se familiarizo “con el legado de Simón Bolívar, el prócer a quien tanto veneró y cuyas luchas él se propuso continuar y enriquecer:” (Hart, 2002, p.100), pensamiento que llevó a la práctica hasta las últimas consecuencias.

Bolívar y Martí fueron hombres de contextos distintos y personalidades diferentes; en uno la riqueza fue la razón que lo llevó a alejarse de la tierra donde nació y desarrollar su espíritu. El otro, la pobreza fue fuente de estímulo y acción.

En ambos primó el humanismo, el patriotismo, el ideal de justicia social, la ética y el ansia de cambiar con equidad el curso de la historia; fueron educadores sociales, educadores y conductores de pueblos. Pensaron y crearon el porvenir, pero firmes en tierra hasta llegar, más por su pensamiento que por su acción, a la cima hasta trascender. ¿Pretensiones? una patria libre, concepto que comprendieron más allá de las fronteras físicas donde nacieron.

José Martí clasifica como un hombre de profunda convicción, ética y el pensador americano más alto de su época, el Maestro con sentido práctico que educó con el ejemplo, con capacidad de entrega a la causa revolucionaria, la que “Alcanzó en un grado superior de virtudes que podemos representar en tres ideas: amor, inteligencia y capacidad de acción”. (Hart, 2002, p. 96)

Este ideal atraviesa su vida y lo revela de modo espontáneo desde fecha temprana. Incansable estudioso de Cuba y el mundo, lo condujo a poner en práctica el ferviente anhelo de unir todos los pueblos en uno solo: desde el Bravo a la Patagonia, peleando y venciendo solos sin ayuda extranjera para estar libres del peligro del imperialismo yanqui que ya les acechaba, idea que trasciende a Cuba para ser de los pueblos de América Latina y el Caribe.

Pidió que cada pueblo revelara sus propias condiciones en correspondencia con el nivel de desarrollo alcanzado, pueblos que aun con alma diversa de aborígenes, antecedentes y costumbres análogas a su identidad humana, estaban mezclados con el criollo y el negro traído de lejanas tierras africanas con fines económicos.

En Simón Bolívar se da la clarinada de declarar libre a todos los pueblos de América; habla de la libertad e independencia del indio, de los grupos gauchos, de los araucos y del negro que marcha junto a ellos con iguales intereses y en igualdad de condiciones.

Comprendió que el indio y el negro eran parte importante de las masas y necesitaban ser liberados para sacarlos de la esclavitud; no entendía de explotación, sobrada razón para luchar por la abolición de la esclavitud y el sistema de servidumbre en aras de la igualdad social.

Percibió que su América necesitaba la independencia, aun cuando sabía que algunos sectores, por ciertos intereses y razones, no pretendían ni querían tanta independencia. Su Venezuela, posición española de enorme atraso cultural y de mayor concentración de esclavos en el territorio sudamericano, exigía como otras colonias, la lucha por la independencia.

Con aguda visión previó la lucha social generalizada, intensa, de entrega, de sacrifico y permeada de tesón, causa apasionada que lo lleva a corregir los abusos contra el indio que atravesaba de norte a sur la Cordillera de Los Andes.

Fue arquetipo de humanidad; estudió el contexto socio-económico de los pueblos del continente orientándose en los combates por concepciones sociológicas y psicológicas lo que es señal de que “su genio militar había despuntado y con él, la dureza, el sentido de la responsabilidad y la disciplina, el ímpetu heroico, las dotes de mando…” (Jiménez Grullon et al., 1953, p. 239-240).

En Martí descubrimos el impacto que su época le había dado: de su patria atada y su América en contradicciones, con desgracias y prerrogativas; pero su sentido del deber le impuso ser un soldado de la justicia social, y tal como Bolívar, una consecuencia del siglo en que vivió.

Su patriotismo, humanismo, sacrificio personal y sublime latino americanismo, fueron cualidades que contribuyeron junto a su carisma personal, a identificarse con los pobres, con los obreros y los campesinos, con los desposeídos de bienes materiales pero ricos de espíritu, razón y corazón hasta concebir “una religión del cumplimiento del deber” (Benítez, 1986, p. 346), sabiduría que lo lleva a crear el Partido Revolucionario Cubano (PRC) como partido para guiar la lucha que se aproximaba en Cuba.

Sus ideas acerca de la revolución, los pueblos, la democracia, la guerra y la paz, son herramientas que le permitieron comprender con objetividad el devenir histórico de nuestra América, destacando el papel e importancia de los hombres para el desarrollo de los pueblos.

La igualdad de origen, lenguaje, religión, historia, psicología, costumbres y anhelos de nuestra América, fueron la materia prima con los que tanto Bolívar como Martí soñaron: una Patria grande y nueva por la cual entregaron sus esfuerzos, sacrificios y emprendieron disímiles batallas haciendo una historia distinta desde y para América.

Recorrieron caminos cenagosos, enredados, turbios y angostos; combatieron y cruzaron ríos naturales, y de hombres desleales que quitaron cuantiosas vidas a otros al cortarles el aire de los pulmones. Ambos sufrieron por su tierra americana bañada de sangre que pedía ser lavada de la mancha colonial envejecida, con lo cual llamaban a la justicia social, independencia o muerte.

Entendieron que solo había una América: la Gran Patria, pensamiento con el cual se comisionaron a soldados y pueblos, y plasmaron con hechos, documentos y obras. Como un gigante, Bolívar lo hizo a su entrada a Bogotá, Caracas, Quito o el Cuzco, idea que luego Martí de manera descomunal robustece en “Nuestra Américo”, La Edad de Oro, o en congresos como el de Zaragoza o de Paris.

Se ratifica el pensamiento que tuvieron por la independencia política de los pueblos como una constante revolución de ideas, la que fraguó con iniciativa, popularidad y conciencia, y que luego pusieron en práctica de modos diferentes. (Jiménez Grullon et al., 1953), (Benítez, 1986), (Hernández González, 2020), (Rondón Matos, 2022).

Bolívar en el combate frontal por la Gran Colombia; Martí en cartas, escritos o discursos, y como teórico insuperable pide,

“… !alcémonos para darles tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; ¡alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos y para el bien de todos”. (Cuadernos Martianos III, p. 154).

El concepto de unidad de los pueblos es permanente conduciendo a Bolívar y a Martí a crear y defender una Patria latinoamericana contra el colonialismo español, idea enfocada luego contra el naciente imperialismo norteamericano, pensamiento grandioso de un Mundo Nuevo, una sola nación con Bolívar, y una colosal Patria grande, entendida como Humanismo en Martí al sentenciar que “Patria es Humanidad”.

Y es que el concepto de unidad no convenía a las oligarquías criollas, a las aristocracias agrarias ni a sectores colonialistas como el de la naciente oligarquía burguesa aferrada a no perder bienes y riquezas, status social y poder sobre los humildes de corazón.

¿Destino común de ambos? La unidad de América Latina como lazo común de sus hijos en el hemisferio occidental, lazo permeado de amor, sacrificio y justicia, de afinidad de almas alejadas del odio y la venganza.

Desde esta posición advirtieron a los pueblos, aun en siglos distintos, de las amenazas que se cernían y que pronto podrían ser una realidad. Bolívar se refería al caduco colonialismo español y europeo; Martí, al naciente y cercano imperialismo norteamericano que conoció, al monstruo donde vivió y conoció de su insaciable apetito, al gigante de siete leguas.

Desde lo político, consideraban que los pueblos latinoamericanos debían regirse por sus propios hijos en cuanto a leyes y poder según sus condiciones de vida, costumbres e historia, y no aceptar el mandato o imposición de políticos de Estados Unidos o Europa.

El Congreso de Panamá fue tribuna propicia para Bolívar clamar por la unidad de las soñadas Repúblicas americanas contra los nacientes enemigos: Estados Unidos e Inglaterra.

Latente estuvo también en Bolívar la idea acerca de la independencia de las islas de Cuba y Puerto Rico, tranquilas posiciones españolas, idea que se registra en la Carta de Jamaica (1815) como punto referencial de su sueño atado a la tierra, al referirse a las vejaciones de que eran objeto y el bienestar que les deseaba, aspectos con los que posteriormente se pronuncia en los preparativos del Congreso de Panamá (1826), pensamiento latente luego en Martí al entenderlo como deber humano supremo de hijos.

“Mientras Bolívar es humano, altamente humano, humano hasta en su amor legítimo a la gloria, Martí asoma como un ser excepcional, situado por encima del nivel de los hombres…, se entrega a la pasión más alta y pura, y va conscientemente al martirio” (Jiménez Grullon et al., 1953, p. 240).

Conclusiones

Los orígenes y caminos de Bolívar y Martí, a pesar de ser distintos en épocas históricas, tuvieron convergencias de pensamiento político y principios éticos y en una profunda concepción americanista: en Bolívar como incuestionable creador y retoño intuitivo, mientras que en Martí es consumación inmediata con valor de alcance, por lo cual ambos fueron cautelosos y obraron como legítimos creadores de su época.

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Declaración de conflictos de intereses:

Declaración de conflictos de intereses: Los autores declaran no tener conflictos de interés.” Si existe alguno, debe declararse. En caso de aceptación del manuscrito, esta declaración se publicará conjuntamente con el artículo.

Declaración de contribución de los autores/as utilizando la Taxonomía CRediT:

Dr. C. Angel Luis Cintra Lugones: Recolección de datos, Investigación, análisis de resultados, discusión, redacción, metodología.

Dr. Ariel Cintra Céspedes: Análisis formal, redacción, investigación.

MSc Keiner Martínez Mendoza: Análisis de resultados, investigación.

Dra. Rosangela Caicedo Quiroz: revisión final del artículo, investigación.

Declaración de aprobación por el Comité de Ética: Los autores declaran que la investigación fue aprobada por el Comité de Ética de la institución responsable, en tanto la misma implicó a seres humanos.”

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